"Acné: Relación existente entre la Dieta Nutricional y la aparición de Acné en Jóvenes estudiantes del Primer Año de Medicina"

Los seres humanos pasan por muchas etapas en sus vidas, y una de las más marcadas es la adolescencia,  la cual es considerada un periodo de vida que transcurre entre la infancia y adultez, caracterizada fundamentalmente  por  cambios físicos, psicológicos, sociales y sexuales. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esta etapa va desde los 10 a los 19 años, etapa comprendida entre la pubertad y el completo desarrollo del cuerpo. Uno de los cambios que manifiestan la mayoría de los jóvenes adolescentes es la aparición del acné en la piel, principalmente en la cara; éste es una afección crónica que se presenta en la gran mayoría de los adolescentes y jóvenes adultos en el mundo, probablemente sea la mayor causa de consulta médica dermatológica, ya que genera un gran impacto social y en la calidad de vida.

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      La edad de comienzo y aparición del acné varía entre los 12 a 13 años de edad en las jóvenes adolescentes y entre los 13 a 14 años de edad en jóvenes adolescentes. Sin embargo, el pico de severidad se registra entre los 17 a 18 años de edad en las mujeres y entre los 19 y 21 años en los hombres, edades las cuales comprenden el inicio de la escolaridad universitaria en el común denominador de los jóvenes. Cabe destacar que en la mayoría de los afectados el proceso de resolución transcurre en la adolescencia y hasta la tercera década; sin embargo, en el 20% de los adolescentes persiste en la edad adulta, con predominio a las mujeres. (Kaminsky, 2007).

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El acné, acorde con la Real Academia Española (RAE), es considerado una enfermedad de la piel caracterizada por una inflamación crónica de las glándulas sebáceas, especialmente en la cara (mejillas y nariz) y en la espalda. El acné es una enfermedad multifactorial en donde está involucrada la unidad pilosebácea y se manifiesta clínicamente por la aparición de pápulas, pústulas, nódulos, quistes y abscesos que pueden dejar como residuo cicatrices, todas ellas conforman un cuadro clínico característico que representa la causa más frecuente de consulta dermatológica, con porcentajes que varían, según la literatura internacional entre 15-30% de las consultas. Generalmente la aparición del acné suele verse asociada a diversos factores entre los cuales se destacan los cambios hormonales padecidos durante la adolescencia, hábitos de limpieza e higiene de la piel y superficies corporales, así como el estrés y la dieta nutricional llevada a cabo por el paciente. (Piquero-Martín, 2000).

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Por otra parte, la alimentación es el acto en el que se satisface la necesidad fisiológica o biológica de incorporar nuevos nutrientes al organismo para funcionar correctamente, se evalúa como el proceso en el cual los seres vivos ingieren agua y alimentos para producir energía. Considerándose que una buena alimentación para el ser humano es aquella que combina de manera apropiada todos los macronutrientes que se encuentran en la naturaleza, balanceando el consumo de proteínas, carbohidratos, lípidos, minerales y vitaminas.

La dieta venezolana diaria, a la cual están sujetos los jóvenes estudiantes universitarios de hoy en día, es caracterizada por el alto consumo de carbohidratos y azúcares, dentro de lo cual destaca tubérculos como la papa, yuca, topocho y plátano, harinas blancas refinadas y procesadas bien sea de maíz o trigo y arroz, así como un alto consumo de grasas, entre las cuales destacan las frituras, empanadas, tequeños, pastelitos y mandocas.

Existe la posibilidad que estos alimentos de la dieta venezolana influyan en la aparición del  acné en el rostro de ciertas personas, bien sean estos altos en grasas o en carbohidratos, ya que estos podrían aumentar considerablemente la secreción de las glándulas sebáceas, que favorecería a más apariciones de comedones, pústulas, y otras características propias del cuadro clínico del acné.  Se cree que varias comidas que son ricas en grasa empeoran esta enfermedad, debido a que este alto contenido condiciona la acumulación de grasa en las glándulas sebáceas. Dermatólogos han analizado por años la existencia de una posible relación entre una dieta no balanceada y el aumento de la aparición y erupción de acné, sobretodo en jóvenes estudiantes universitarios quienes, además de no cumplir con una correcta dieta nutricional, se encuentran diariamente en situaciones bajo estrés, que conlleva a un desorden metabólico y hormonal.

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El acné es un proceso cutáneo de curso crónico cuyo órgano diana es el folículo pilosebáceo (Gollnick, 2008). Se caracteriza por tener una etiología multifactorial y un carácter autolimitado, ya que se asienta principalmente en las zonas de la piel que presentan mayor densidad de glándulas sebáceas, como la cara, el pecho y la parte superior de la espalda. Éste origina una serie de lesiones antiestéticas que incluyen a los comedones como lesión elemental, además de pápulas, pústulas, nódulos, quistes, abscesos y cicatrices.

La patogenia del acné se asienta fundamentalmente en las glándulas sebáceas y suele comenzar normalmente a nivel facial. Durante la pubertad, cuando se producen las hormonas sexuales, los andrógenos van a promover una mayor actividad de dichas glándulas, de modo que sufren un trastorno consistente de hipertrofia e hiperplasia, es decir, aumentan la producción celular, así como sus secreciones y crecen las células ya existentes, dando como consecuencia que las glándulas aumentan de tamaño y producen más sebo, que se va depositando en el canal del folículo pilo sebáceo. Cabe destacar que existen varios factores que empeoran el acné y tienden a incrementar el padecimiento del mismo y la aparición de su sintomatología, entre los cuales se encuentran: el estrés, el sol, uso prolongado de maquillaje lo cual obstruya los poros de la piel, así como el hecho de no desmaquillarse tras el uso de productos cosméticos de belleza en el rostro, ciertos medicamentos, y alimentos altos en grasas y calorías: chocolates, embutidos, cremas y salsas de aderezos.

El tratamiento del acné varía según la edad en la que dio inicio la enfermedad actual y el sexo del paciente, su forma y manifestación clínica, así como el tiempo de evolución. (Harald, 2013). El tratamiento médico puede ser administrado al paciente por vía oral, tópico y/o ungüento, los cuales se encuentran:

• Tópicos, como el Retinoides, Peróxido de Benzoilo, antibióticos tópicos como la clindamicina, Eritromicina o Dapsona, Ácido Azeláico Tópico, entre otros...

• Orales, como la Isotretinoína, la Vitamina A, Ácido Retinoico, antibióticos orales como la Tetraciclina, Doxicilina, Minociclina, Eritromicina, Trimetoprima y Amoxicilina. En mujeres también suelen indicarse píldoras anticonceptivas para el tratamiento del acné.

Dentro de los diversos tipos de acné, principalmente se encuentran:

El acné hoy en día figura también como una de las enfermedades dermatológicas que tienden a ser originadas secundariamente por una mala alimentación y/o composición de una dieta nutricional, es decir, cuando un joven consume una dieta no balanceada, tiene mayor probabilidad e incidencia a sufrir de dicha dermatosis, es por ello que entre los alimentos a evitar cuando se padecen acné figuran productos lácteos, grasas trans, alimentos procesados, bebidas alcohólicas y con cafeína.

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           La presente investigación realizada corresponde al nivel y tipo descriptivo ya que busca caracterizar y establecer la relación existente entre la dieta nutricional consumida por jóvenes estudiantes del primer año de medicina y la aparición del acné, estudiando un grupo determinado de personas, indicando las características propias de esta condición y su padecimiento. En cuanto compete al diseño de la investigación, es definido como no experimental. La población estudiada fue finita, integrada por 50 estudiantes cursantes del primer año académico de la carrera de Medicina de la Universidad del Zulia, con edades comprendidas entre 18 y 21 años de edad, donde 25 individuos pertenecen al género femenino y los 25 restantes al género masculino, a quienes se les aplicó una encuesta con preguntas dicotómicas de manera que su respuesta sea clara y concisa,  con dos alternativas “si” o “no”, constituida por diez (10) ítems. 

Modelo de Encuesta del Trabajo de Investigación titulado "Relación existente entre la Dieta Nutricional y la Aparición de Acné en jóvenes estudiantes del Primer Año de Medicina" por Pacheco L., Padrón O., Paiva V., y Partipilo L. (2019).

    Del análisis de los antecedentes de la presente investigación, los fundamentos y argumentos expuestos en las bases teóricas y la interpretación de los resultados obtenidos de la encuesta y población estudiada, se puede concluir que la dieta nutricional y la alimentación influyen secundariamente en la aparición del acné, razón por la cual también juega un papel importante en el tratamiento del mismo, conjunto a un tratamiento farmacológico indicado por un dermatólogo. Hasta los momentos, no se ha realizado  ningún estudio científico que demuestre claramente que el consumo de determinados alimentos sea la causa directa de la aparición del acné.

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       Se ha comprobado que alimentos con alto índice glucémico y calórico agravan los cuadros de acné. Asímismo, el consumo de algunos esteroides y sobredosis de algunas vitaminas (entre las cuales figuran la vitamina B2, B6, B12) tiende a aumentar la incidencia y aparición de dicha dermatosis, así como dietas que aporten al organismo un exceso de azucares y carbohidratos derivan en una mayor secreción de insulina y esta favorece el aumento en células grasas que pueden taponar los poros de la piel e incluso estimular el funcionamiento de las glándulas sebáceas.

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       Sin embargo, cabe destacar que además de la alimentación, muchos otros factores favorecen secundariamente la aparición del acné, tal como el estrés, falta de sueño, genética y desórdenes hormonales.
              Dentro de las recomendaciones obtenidas en base a la investigación, se proponen: 

ü  Consumir una dieta nutricional balanceada, conformada por cantidades establecidas de carbohidratos, lípidos y proteínas, así como un consumo rico en fibras, vitaminas y minerales.

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ü  Evitar el consumo de dietas altas en carbohidratos, calorías, azúcares y grasas, así como el consumo excesivo de alimentos derivado de los lácteos como la leche, mantequilla y helado, salsas y aderezos, alimentos procesados y envasados.

ü  No eliminar por completo de la dieta los carbohidratos y las grasas, sino más bien moderar su consumo e ingerir dichos macronutrientes de calidad.

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ü  Tomar abundante agua, 8 vasos al día preferiblemente o 2 litros diarios, para así depurar el organismo y eliminar las toxinas que puedan incrementar la obstrucción de los poros de la piel.

ü  Lavarse las manos con jabón antes de manipular y tocar tu cara. Tus manos pueden ser portadoras de bacterias lo cual aumenta el riesgo de infecciones.

ü  Disminuir el uso prolongado de maquillaje y productos de belleza para evitar así, la obstrucción de los poros de la piel por varias horas. Utilizar productos libres de aceites y no comedogénicos.

ü  Lavarse la cara al despertar en la mañana y al acostarse en la noche, utilizar productos destinados al cuidado y mantenimiento del rostro y la piel. En caso de utilizar maquillaje, removerlo siempre al final del día.

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ü  Cuidar la piel del rostro y del cuerpo utilizando protector solar diariamente, los rayos ultravioleta provenientes del sol pueden causar daños en la piel a largo plazo y empeorar las lesiones ya existentes.

ü  Exfoliarse la cara, labios y cuerpo por lo menos una vez cada dos semanas para retirar las partículas de piel descamada y lucir de un cutis saludable y perfecto.

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ü  En caso de padecer de acné, no manipular las lesiones presentes en el rostro o en la piel, ya que esto las puede empeorar y dejar cicatrices, así como marcas oscuras en la piel.

ü  Limpiar el rostro dos veces al día con productos especiales para pieles con acné indicado por el Dermatólogo tratante, luego hidratarlo con cremas también adecuadas para pieles con acné.

ü  Cumplir detalladamente con las medidas y el tratamiento establecido por el Dermatólogo, para el correcto sanamiento y disminución de la aparición del acné.

ü  Conocer tu propio tipo de piel para así, aplicar los productos ideales para el cuidado y mantenimiento de tu piel.

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     ¿Te gustaría leer la investigación completa, observar las diapositivas presentadas y analizar los resultados de la encuesta realizada? Consulta el siguiente link: 

https://drive.google.com/drive/u/1/folders/1WSV6ny8ioqjGX4mXCfMDk2Dh3w5ZTam2

Trabajo de Investigación realizado por:

Laura Vanesa Pacheco Rivero

Oriana Virginia Padrón Roso

Victoria Elizabeth Paiva Briceño

Lisette Carolina Partipilo Cupello 

  

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